In Meyer's third title in her popular vampire series, Edward and Bella are back and the sexual tension between them has grown even stronger as Bella prepares to graduate from high school and enter into her new life as a vampire. But what about her longtime close friend Jacob (a werewolf)? How can she choose between him and Edward, and what will happen if, and when, she does? Ilyana Kadushin skillfully brings Bella to life, sharing her struggle to decide between her love for Edward and her friendship for Jacob, while striving to maintain the peace between the vampire Cullens and the werewolf Blacks. The narration easily distinguishes between characters. Fans of Meyer's previous titles will enjoy this one. [SLJ 10/07.] (c) Copyright 2010. Library Journals LLC, a wholly owned subsidiary of Media Source, Inc. No redistribution permitted.

ASK any high school girl: boys can be a pain. Fall for one who seems appealing, and he turns out to be a monster. One moment he acts like you don't exist, the next, he drives you crazy by playing it cool - while his brothers circle you with hungry eyes. If you take a break to cut the tension, and hang out "just friends"-style with a younger guy who's puppy-dogging you, what happens? Wouldn't you know, he turns out to be a nightmare too. It's frustrating, but it's a typical human predicament. Unless, that is, you happen to be Bella Swan - the relentlessly intense heroine of Stephenie Meyer's "Eclipse" - in which case your boyfriend is a vampire and your besotted best friend is a werewolf, prone to passive-aggressive outbursts like: "Well, I'm so sorry that I can't be the right kind of monster for you, Bella. I guess I'm just not as great as a bloodsucker, am I?" How can Bella pass her calculus final with this unearthly love triangle preying on her mind? For nearly 1,800 pages, in three glossy black volumes splashed with crimson on their covers - "Twilight," "New Moon" and now "Eclipse," which has an announced first printing of a million copies - Meyer, the popular young-adult author, has teased her readers with the romantic confusion of a normal (well ... human, at any rate) girl who's being pursued by a wolf-teen named Jacob Black and is in love with a ravishing American Nosferatu named Edward Cullen. Bella meets Edward on her first day as a junior transfer student to Forks High School, in a remote cloud-covered corner of the Olympic Peninsula in Washington State. Spotting him in the cafeteria, she's transfixed by his "devastatingly, inhumanly beautiful" face, marble-smooth skin, bronze hair and stormy eyes. Jake, no slouch, is tall and dark-eyed with russet-colored skin and "glossy black hair," but how can he compete - especially when Edward's a junior and he's only a freshman? Talk about unfair. Sitting next to Bella in bio class, Edward glares at her with fury. Bewitched, bothered and already hooked, she doesn't know that the scent of her blood intoxicates Edward to the point of perdition. It's all he can do not to make a meal of her, but he wants Bella for more than a one-night snack. Part of a clan of "good" vampires who are sworn to a strict homo-sapiens-free regimen, Edward hungers for Bella's eternal companionship. Can he succumb to his passion and stick to his diet? "He looks at you like ... like you're something to eat," a jealous junior named Mike says to Bella early on. But by then, Bella's made her choice - after you've dated a vampire, mortal boys seem so immature. Meyer's trilogy seethes with the archetypal tumult of star-crossed passions, in which the super-natural element serves as heady spice. As Bella and her vampire swain channel Romeo and Juliet, Heathcliff and Cathy, their audience falls under the spell of a love that is not only undying, but undead. Meyer writes with a PG-13 sensibility: in the earlier books, she skirted clinches that would put an unmarried girl afoul of the censors. Besides, Bella was too busy figuring out her suitors' species to focus on miscegenation. But as "Eclipse" begins, both Edward's and Jake's exotic lineages have been exposed, and the heat on their rivalrous courtship has been cranked up to "broil." As Bella sizzles with longing, agonizing over the Right Monster, Edward distracts her with the news that a horde of "bad" vampires, seeking to avenge the death of one of their own, may be hustling toward Forks, fangs drawn. This possibility does not endear her to the local werewolf community. Internecine warfare looms, but who could care, when what you really want to know is: Will Bella and Edward get married after they graduate from high school - given that once their vampire vows are solemnized, Edward will drain her blood and transform her into a night-wandering predator? Or will Bella choose Jake, and raise a litter of dark-haired werepups? Sucked into the girl-wants-boy, girl-ought-to-get-boy paradigm, readers find thems ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿¿¿ ¿¿¿ ¿¿ ¿¿¿¿¿ ¿¿ ¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿ lves rooting against reason for Bella's heart's desire: a speedy, violent demise, followed by bliss with Edward, 4ever. Hot-blooded Bella doesn't want to wait for the preacher; but Edward - a vampire second, a gentleman first - refuses to grant his favors until the two of them are legally wed. As he puts it, "A hundred years from now, when you've gained enough perspective to really appreciate the answer, I will explain it to you." But to Bella, marriage at 18 presents a far more daunting hurdle than the kiss of death. "I tried to imagine telling my parents that I was getting married this summer," she reflects. "It would be easier to tell them I was becoming a vampire." For her, the waiting is the hardest part. She met Edward when they were both 17, but in "Eclipse," more than a year later, she's 18. Frozen at the age he was when vampiredom was thrust upon him (in the great influenza epidemic of 1918), Edward is now eternally a younger man, while Jake's 16 and holding. "Am I the only one who has to get old?" Bella wails. "Where's the justice?" WHAT subversive creature could dream up a universe in which vampires and werewolves put marriage ahead of carnage on their to-do lists? The answer, of course, is a writer of steamy occult romantic thrillers who happens to be a wholesome Mormon mother of three - a category of one, solely occupied by Stephenie Meyer. The author is well aware of the jarring contradiction between her real and imaginary lives. On stepheniemeyer.com, her Web site (created to satisfy her ravening fans), she admits, "I have been asked more than once, 'What's a nice Mormon girl like you doing writing about vampires?' " Lucky for her, while her religion's teachings may frown on caffeine and alcohol for humans, the Word of Wisdom has a flexible attitude toward human blood for monsters; and there's no ban on big love in the mythical world. 'Well, Im so sorry I can't be the right kind of monster for you, Bella. I guess I'm just not as great as a bloodsucker.' Liesl Schillinger is a regular contributor to the Book Review.

Gr 8 Up-Picking up where New Moon (Little, Brown, 2006) left off, this book continues the tortured love story of a human teen and her vampire boyfriend. Having returned from a quick trip to Italy to retrieve an errant Edward, Bella finds herself severely grounded by her father and at odds with her friend Jacob, a werewolf and mortal enemy of Edward as well as being inconveniently in love with her himself. Adding to these complications are Bella's impending graduation and vampire transformation and a wild pack of vampire newborns on a killing spree. As in the two previous installments, it is Meyer's effective and intense portrayal of first love in all its urgency, passion, and confusion that drives the story along with the supernatural elements coming in a close second. For the three main characters, being in love, making a commitment, and choosing a future is literally a life-or-death situation and they constantly discuss, analyze, and describe their feelings for each other, giving readers a deep connection to them. Upping the emotional ante is an injection of heightened sexual tension and sensuality that hasn't been present in the series before. The story is slowed down in the middle by both the origin stories of the werewolves and vampires Rosalie and Jasper, and the vampire newborn subplot seems to be a convoluted add-in. However, all of these stories contribute in some way to Bella's epiphanies about her future. Meyer knows what her fans want: thrills, chills, and a lot of romance, and she delivers on all counts.-Anne Rouyer, New York Public Library (c) Copyright 2010. Library Journals LLC, a wholly owned subsidiary of Media Source, Inc. No redistribution permitted.

It began as a simple vampire series and quickly became a megaselling publishing phenomenon; now, in the third installment, decisions about college, marriage, and, oh yeah, immortality are pressing in on heroine Bella Swan. Werewolf Jacob's declaration of love for Bella adds even more pressure (his violent kisses may trouble some readers). Acerbic humor remains a strength of Meyer's storytelling, but despite the multitude of concerns, there isn't much action. The plot, which ultimately evolves into another war with the evil vampires, unfolds at a leisurely pace, slowed even more by flashbacks from prominent secondary characters. Readers familiar with Bella's favorite book, Wuthering Heights, will enjoy allusions to the classic, and the sexual tension in the previous books continues here. Bella begs to consummate her relationship with handsome vampire Edward while she is still human, but he refuses to give in until they are married; their passion remains at the kissing level. With Bella's fate still hanging in the balance as fans await the fourth and final volume, we can expect the prepub clamor over the next year to reach Harry Potter-like intensity.--Dobrez, Cindy Copyright 2007 Booklist

Gr 8 Up-Picking up where Luna Nueva (Alfaguara, 2007) left off, this book continues the tortured love story of a human teen and her vampire boyfriend. Having returned from a quick trip to Italy to retrieve an errant Edward, Bella finds herself severely grounded by her father and at odds with her friend Jacob, a werewolf and mortal enemy of Edward [...]. Adding to these complications are Bella's impending graduation and vampire transformation and a wild pack of vampire newborns on a killing spree. As in the two previous installments, it is Meyer's effective and intense portrayal of first love in all its urgency, passion, and confusion that drives the story along with the supernatural elements coming in a close second. [...] Meyer knows what her fans want: thrills, chills, and a lot of romance, and she delivers on all counts. [SLJ, 9/5/2007] (c) Copyright PWxyz, LLC. All rights reserved All rights reserved.

It's the countdown to graduation and immortality for Bella, since the events of New Moon (2006) have convinced boyfriend Edward to let her join him in vampirism. While Bella desires only to leave this mortal coil, Edward wants her to try college and marriage first. Bella knows that becoming a vampire will forever sever her ties to best friend Jake, who's a werewolf and therefore an ancient racial enemy of all things vampiric. Luckily--and predictably--a gathering of bloodthirsty, vengeful vampires is headed straight for Bella. To protect her, the vegetarians of Edward's vamp coven need to stop trading racial epithets with the werewolves and work with them, instead. Bella wants the villains to be defeated so she can return to her everyday life of high school, anticipating immortality and fighting Edward's determination to avoid premarital sex. Unsettling racially charged characterizations are offset by messages of overcoming difference and working together. Fans of Bella's angst-drenched love triangle will gobble this entry up, and the open-ended conclusion paves the way for Jake's story to come. (Fantasy. YA) Copyright ©Kirkus Reviews, used with permission.